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domingo, 28 de octubre de 2018

El caso Fitzgerald, de John Grishan


John Grisham: Master of Legal Thrillers | HubPages
....Mira que he disfrutado con Grisham. He leido sus libros con pleitesia. Como todas las opiniones son válidas, me atrevo a decir que algunos libros de Grisham son joyas. En Tiempo de Matar mete al lector en la América profunda, sudista, racista y de un conservadurismo rancio al que se enfrenta el protagonista en un caso de violación de una niña negra. En El secreto de Gray Mountain Griham saca su perfil de hombre progresista, defensor del medio ambiente y del débil ante el poderoso. Y así en muchos libros que he leido con deleite. Pero ahora tengo en mis manos El caso Fizgerald, y se me caen los palos del sombrajo. Dudo que lo termine, previsible desde el primer párrafo, sin interés y con un argumento vacio. No pretendo ser un gurú literario, solo doy mis opiniones y la de hoy es que es un libro prescindible, y que solo se ha publicado por la necesidad de cumplir con  sus compromisos y editores.
El argumento nace con el robo de los manuscritos originales de las obras maestras de Fizgerald ( El del Gran Gatsby) y las maniobras para recuperar estos documentos nos llevan a la vida de una comunidad de escritores de medio pelo de Florida......
 Aun así algunos personajes están bien pintados, son creibles... pero poco más. Lee otra cosa o busca un Grisham más antiguo.

viernes, 14 de agosto de 2015

Stephen King es un escritor norteamericao, tan típico como las hamburguesas y los fusiles en los colegios. Concentra en su obra lo mejor y lo no tan bueno de ese gran país. En buena parte es un gran literato, un autor que domina su género, crea unos personajes tremendamente creíbles y unas ambientaciones  dotadas de viveza y profundidad. Pero otra parte de King vaga por mundos oníricos que no siempre logran que el lector, que podríamos llamar más clásico, o europeo, comulgue con él.
Cuando este escritor elige un protagonista, hace que el relato le envuelva de tal manera que el lector se identifica con él, siente simpatía y comparte sus vivencias. Enseguida quieres a los “buenos” y, de haberlos, rechazas a los “malos”.
La historia te atrapa, te implica y pasas a formar parte de ella hasta llegar a la mitad del libro.
Aquí es cuando la literatura de King se divide en tres partes: una es la que la obra continua con su intensidad, su verosimilitud y su agarre hasta el final, sea este cual sea, los que tratándose de Stephen puede ser cualquier cosa.
Otros libros caen, desde su hemisferio, y tras un arranque tan bueno como los anteriores, por un tobogán que desengancha al lector del argumento y de los actores. La incredulidad va en aumento y cierras el libro. Son los volúmenes en que King saca a relucir fantasmas del espacio, del fondo del mar o seres inconcebibles en los que no cree ni el mismo creador, y se nota. La novela se va a la mierda.
En el tercer estante están las que fracasan desde el principio hasta el final.
No seré yo quien diga que libros hay que leer o no. Tengo claro que Stephen King es un autor imprescindible que hay que conocer y disfrutar, he leído mucho de él, y he dejado varios libros desde la mitad o desde las primeras páginas; pero de otros he disfrutado como de la más alta literatura.
Allá cada cual con sus gustos, a mí me han parecido muy buenos: El Misterio de Salem Lot, Misery, Dolores Clairbone, La Larga Marcha, El Fujitivo, entre otros.
Duma Key
No me parece ni la mejor ni la peor obra de King. Antes de seguir leyendo informaré de que es uno de los libros que he dejado por la mitad. El arranque es muy bueno. Inmediatamente simpatizas con el protagonista y su situación. Te hace ver con claridad el ambiente en el que vive y participas de él, te cuelas como en una inmersión en la piscina. El lector sigue con interés y simpatía como la vida de Edgar Freemantle pasa por circunstancias complicadas y difíciles de interpretar. Pero llega el momento que veía venir, cuando lo sobrenatural deja de ser un recurso literario, valido e ideal en otras ocasiones, y se convierte en un pegote difícil de tragar.
Freemantle es un empresario de la construcción de cierto éxito que sufre un grave accidente. Las secuelas son difíciles de sobrellevar y le arruinan la vida, su matrimonio, y le impiden seguir con sus negocios. Como parte del tratamiento de rehabilitación física y mental, Edgar decide mudarse a un Cayo de Florida donde se dedica a pintar paisajes marítimos de extraordinaria intensidad y fuerza, demasiada…
Puede que si siguiera leyendo unas páginas más la historia llegase a atraparme y pudiera disculpar y justificar el giro hacia la fuerza maligna, pero cada uno elige lo que lee, y cuando deja de hacerlo.
En cualquier caso, no me arrepiento de haber leído un buen número de páginas de gran calidad.











miércoles, 17 de junio de 2015

EL PODER DEL PERRO Don Winslow



Don Winslow es un escritor norteamericano un tanto crítico y ácido con la política de ese país. Ha sido periodista, detective privado y guionista. He leído de él tres libros, por ahora, ya que pienso leer más, pero es posible que haga un paréntesis en la novela negra para leer algo de otro tipo de género.
Estas tres obras son: Un soplo de aire fresco, Tras la pista del espejo de Buda y El poder del Perro. A esta última voy a dedicar esta entrada en el blog, ya que me parece la más elaborada y compleja obra de las tres.
EL PODER DEL PERRO es una novela muy bien escrita, traducida al castellano por Eduardo G. Murillo.  Es una novela desgarradora y desgarrada, que toca aires de documental, y que ignora varias de las reglas no escritas de la novela negra convencional.
En obras anteriores (Un soplo de aire fresco es del 1991 y Tras la pista del espejo de Buda del 1992), Winslow demuestra conocer el género negro tan bien que se permite salir de él y enriquecerlo con relatos de viajes pintorescos y aventuras exóticas en Hong Kong o la China de Mao. Cosas que para reverendos clásicos americanos como Dashiell Hammett, Jim Thompson o Raymond Chandler son impensables.
Lamentablemente entre estas novelas y El poder del perro hay cuatro novelas no publicadas en español, por lo que me faltan elementos para hablar de la evolución de Winslow.
Pero volvamos a la obra que nos ocupa. En las más de setecientas páginas del libro la acción se desarrolla en varias tramas paralelas que se entrelazan y entrecruzan con habilidad. En ningún momento el lector se siente perdido por saltar de un personaje y escenario a otros, sino que sabe que todo está destinado a armonizar hacia un final bien diseñado y armónico.
Pese a su tamaño el libro no se hace pesado ni nos reserva su autor una final sorprendente que estalle como fuegos artificiales. No me gustan los finales que parecen la piñata de un cumpleaños infantil, de la que cae algo completamente inesperado y que rompe el equilibrio que el mismo autor había guardado. El final, cuando uno llega a él, no antes, es lógico y el más adecuado.
Pero, ¿de qué trata el libro? Dirá algún lector del blog, …si es que lo tengo. Pues no pienso hablar mucho de eso, tendrás que leerlo si te interesa; solo unos pocos detalles.
Todo libro se convierte en un universo particular con el lector con el que se funde. Cada persona se queda con algo del libro que le da un tono completamente distinto a de otras, muchas veces con ideas que ni el mismo autor sospechaba en despertar.
“Pobre ballena” fue el comentario que alguien hizo a Arturo Pérez-Reverte al terminar de leer Moby Dick. Seguro que en ningún momento Melville pensó en el suplicio del pobre animal.
Recuperando el hilo y volviendo al libro que nos ocupa, El poder del perro novela la miseria y la crueldad humana, la ambición desmedida y el ansia del poder. En el entorno de la lucha contra el narcotráfico entre países de Suramérica hacia México y Estados Unidos, surgen traficantes despiadados que conectan con las mafias de las grandes urbes de los EE.UU. y las guerrillas sudamericanas.
Winslow utiliza personajes muy bien construidos para retratar el lado humano, si es que esto es posible, de crueles traficantes culpables de cientos de crímenes de inocentes. Hace ver como inevitable que cada actor dé el paso siguiente en una escalada inhumana y desoladora. No es una historia de buenos y malos, quizás los supuestos buenos son peores que los malos.
Aparecen historias secundarias, como la financiación de la “contra” antisandinista, por parte del gobierno norteamericano, con dinero de la cocaína colombiana, que suenan terrible y elocuentemente reales.
Pero no olvidemos que la novela habla de personas, de seres humanos, capaces de actos terribles y de una generosidad increíble. Hay episodios muy duros y crueles, pero también amor. Hay traición llevada hasta los límites más espeluznantes, pero también compromiso y entrega.
El trasfondo de la política exterior de los Estados Unidos da escalofríos, aunque se trate de una novela; porqué tiene una verosimilitud pavorosa.







martes, 16 de junio de 2015

Otro blog de libros


Sirvan estas líneas de presentación. Durante años llevé un blog de libros en la plataforma que El País (la Comunidad) facilitó al común de usuarios. Me sirvió como relajación y como medio para hablar de mis libros favoritos y compartir esas experiencias con otros aficionados a la literatura. Mis comentarios gustaron a algunos; y a otros no. Con algunas personas llegué a tener un cariñoso intercambio de comentarios y recomendaciones de libros, otras me escribían mientras recorrían los océanos en un barco hecho por ellos mismos. Un lector, al ver mi entrada de Sven Hassel, comentó como lo había conocido en Barcelona y nos deleitó a todos con sus recuerdos de esta extraordinaria persona.
Hablé de grandes libros de la literatura universal y de novelas ligeras sin pretensiones. Solo de los libros de los que me apetecía hablar y que en mi vida habían dejado huella. Contaba mis impresiones, libres, particulares, subjetivas por supuesto, y por lo tanto muy personales; y no me ajustaba a ninguna regla.
Eso sí, no contaba mucho del argumento de los libros. Dejaba que cada cual, si quería leerlo lo leyera y sacara sus propias emociones.
Por esas cosas de la vida, dejé de añadir entradas, mis lectores se olvidaron de mí y yo de ellos. Finalmente El País anunció públicamente que cerraba su plataforma de blogs y avisaba a los blogeros, ofreciendo recuperar el contenido para su publicación en otra plataforma. No sé si fui yo que no supe hacerlo, o ellos que no cumplieron con su compromiso; el caso es que todas aquellas entradas se perdieron. 
No me apetece ahora volver a escribir sobre libros de los que ya he escrito (los que realmente me marcaron y formaron para el futuro como lector), pero sigo leyendo y escribiendo, y vuelvo a desear compartir comentarios con otras personas. Quizás vuelva a encontrar a aquellos compañeros de La Comunidad (algunos tenían bitácoras maravillosas) o encuentre otros nuevos. Puede que nadie encuentre este blog…
Veremos.
Un saludo a aquellas lecturas y lectores perdidos en las lagunas del ciberespacio, a los blog perdidos en el éter, a las “charlas” condenadas al olvido sobre libros maravillosos.